martes, 7 de septiembre de 2010

Pequeño museo III


Que el tiempo es muy disimulado era una de las cosas que más repetía Don Ignacio a su hija. Que la vida depara muchas sorpresas, sin embargo, no tanto. Que llegara una gran superficie que le arruinase era cuestión de tiempo. Que un buen día se quemasen su casa y su taller fue toda una sorpresa. Que salvara en el último momento su pequeño museo de plantillas fue un acto de fe. Y lo que obró su hija Verónica, casi sin saberlo, fue un verdadero milagro.

Robó los zapatos de sus compañeros durante la sesión de gimnasia y los lanzó al árbol más grande del patio con intención de esconderlos. Aquel hecho conmovió de tal manera que todos se unieron en un gesto inolvidable. Fueron largas noches de trabajo y esperanza. Fue aquel árbol de extraños frutos un monumento al hombre. Y fue que su pequeño museo fue leyenda.

(Esto quedaba por ahí)

7 comentarios:

  1. Quedó muy bien finalmente. Me acuerdo que yo hice una vez eso de los zapatos con los de todo un campamento... no tiene precio :)

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  2. Has vuelto!

    Me alegro de leerte de nuevo!

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  3. ...traigo
    sangre
    de
    la
    tarde
    herida
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazón
    para
    invitarte
    y
    darte
    este
    alma
    que
    viene
    para
    compartir
    contigo
    tu
    bello
    blog
    con
    un
    ramillete
    de
    oro
    y
    claveles
    dentro...


    desde mis
    HORAS ROTAS
    Y AULA DE PAZ


    TE SIGO TU BLOG




    CON saludos de la luna al
    reflejarse en el mar de la
    poesía...


    AFECTUOSAMENTE
    EL CUENTISTADOR



    ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.

    José
    Ramón...

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  4. Hay un altar en Buenos Aires, mi ciudad, que está hecho con las zapatillas de los adolescentes que fallecieron en un trágico incendio durante un recital. Sus familiares y amigos, las colgaron de los cables que rodean el lugar.
    Tu relato me hizo acordar.
    Muy lindo.
    Saludos.

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  5. Los zapatos siempre han tenido un simbolismo mágico.

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  6. Colgado por los zapatos. Eso lo he sentido.

    Salud.

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  7. ¿Has leído "Nocilla dream" de Agustín Fernández Mallo?

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